Destruyámonos irremediablemente.
los placeres en el padecer, son la contraindicación.
Abandonadas las pretenciones en las [ - tus - ] intenciones,
vacíos los ojos que ves.

Ya no hay donde esconderse tras evidencias,
vomitas expectativas desteñidas al caballero insertidumbre;
jadea la miel de tus caprichos
en las ingenuidades del espiral de mi querer.

Ahoguémonos sin discresiones,
donde las sugerencias sean objeto
de la hoguera de nuestra piel...
bebo otra copa de nostalgias y duermo
en velas del tinte carmín robado.

descompongámonos de amor...
arrugados los murmullos en tu sonrisa.
me quiebran los miedos que te abordan
junto a los encantos de lo imprevisto.

Te invito a que seamos el resplandor de un fósforo,
contra la oscuridad de los tiempos;
y pones cerrojos donde despiertas tus sueños.